¿Crisis o desaceleración?

Actualmente estamos inmersos en una crisis y desaceleración que nadie había previsto (salvo la oposición que siempre es mucho más lista que el Gobierno). Los que ahora dicen que ya se veía venir, no lo habían firmado ante notario y, casualmente, tampoco se sabe de nadie que se haya hecho millonario vendiendo acciones de todas esas empresas que ahora estan por los suelos.

Es como los adivinadores y futuristas que adivinan de todo menos las cosas comprobables e importantes. Nadie adivinó lo del 11-S ni lo del 11-M ni nadie adivina los números de lotería, ni lo que iba a pasar con el Prestige, ni tampoco movimientos de bolsa, si no ya estarían contratados hace tiempo por empresas en lugar de ir por ahí con trajes faldosos y gafas raritas.

Eso sí: hay mucho listo que "ya lo sabía". El debate que expongo se retrotrae al inicio de la crisis y en el que había que decidir entre dar la alarma final o contener la esperanza con el fin de no desestabilizar más los mercados. He aquí el debate, que servirá también para situaciones futuras en las que el Gobierno de turno tenga que decidir entre ser buen gestor o mirar por sus intereses y unirse al carro de lo fácil: del alarmismo:

Técnicamente, Zapatero tiene razón: por el momento, es una desaceleración económica ya que el crecimiento no es negativo (por lo que dicen estará entre el 1,1 y el 1,7%). No estamos pues en crisis. Quizá lo estemos dentro de poco y sea una recesión técnica, pero por el momento no lo es.

Si el gobierno hablase de crisis abiertamente, contribuiría al pesimismo empresarial , del consumidor y al círculo vicioso de: consumidores no compran por miedo -> empresas venden menos e invierten menos -> despide trabajadores o congela salarios -> menos dinero para el consumo -> …

Como muchas veces, el político tiene que decidir entre mirar por sus intereses electorales (= seguir la corriente y decir "crisis", aunque infunda miedo y no sea correcto) o ser buen gestor y animar al optimismo inversor y del consumidor para no agravar el problema (= decir "desaceleración").

En este caso la coherencia y honestidad de Zapatero le puede jugar una mala pasada. Uno puede ser buen gestor, pero si por un detalle de este tipo cambiase el gobierno (la horquilla es muy justa) ¿cómo puede uno seguir siendo buen gestor si no está en el gobierno?. Menudo peligro con las palabritas.

Hay un porcentaje del electorado con escaso sentido crítico y al que le gusta hacer "cuenta redonda" y quedarse con la frase abanderada por la oposición: "Zapatero dice que no hay crisis". La oposición sabe perfectamente el matiz de las palabras, pero esa frase vende muy bien en ese grupo de gente al que le gusta posicionarse de forma simplista. Las conversaciones de besugo de bar están llenas de: "El tío éste dice que no hay crisis! y me han clavado hoy 60€ por llenar el depósito!".

Ese porcentaje de electorado fácilmente influenciable tiene un voto con igual valor que el votante inteligente que sabe el "juego" de palabras e intereses que se traen los políticos. Hay que tener cuidado porque por una palabra podría cambiar un gobierno si estuviésemos cerca de las elecciones.

Cuando hubo el atentado de Madrid el 11M, el PSOE se aprovechó sabiamente de ese grupo besuguil de electores azuzando el "queremos saber la verdad!". El gobierno cambió por las elecciones debido a la patosidad del PP empecinándose en negar lo evidente, unida a su "mala suerte" al encontrarse esa mochila delatora de la opción islamista y sobre todo a la habilidad del PSOE y medios afines en jugar con esa masa de electorado.

La culpa de la crisis no está en el Gobierno, eso está claro para todos (aunque intenten sembrar sus dudas los del PP). Pero hay que tener cuidado, siempre que hay una situación de problemas, la gente busca desesperadamente un culpable para aliviar su frustración, por lo que una oposición avispada, azuzará siempre a las masas contra el gobierno de turno, que queda mucho más cercano que esos especuladores financieros de "nosedónde". En este caso es el PP el que juega ese papel de crítica fácil. Si el PP estuviese gobernando habría sido el PSOE el que hiciese esa oposición desleal, aunque viendo la honestidad y coherencia de Zapatero creo que habría sido un poco más ética pero por supuesto sin dejar pasar esta oportunidad de oro para desgastar al gobierno de turno.

Las causas originales de la crisis son causas externas y afectan a todos los países:



  • Crisis de las hipotecas en EEUU: una sucesión de ventas y reventas de hipotecas de riesgo. Un agujero financiero en el que el protagonista es el miedo y que ha acabado por explotar: los bancos no prestan -> empresas no pueden invertir -> menos productividad -> despedida de algunos trabajadores -> menos consumo -> menos venta de las empresas y así un círculo vicioso que acaba afectando en cascada a todos los sectores.
  • Ajuste (a la baja) de precios de vivienda, sobre todo en EEUU, con lo que el consumidor se retrae al tener menos sensación de riqueza y tenemos nuevo círculo vicioso.
  • Aumento del precio del petróleo y otras materias primas de las que tan dependientes son todos los sectores, esencialmente debido a los especuladores (creo que rusos la mayoría) y a la demanda de India y China.
  • Al estar el euro caro, los precios europeos para el exterior son caros y nos penaliza una exportación que podría paliar la influencia de la economía americana.
  • Un riesgo que planea de debilitamiento del dólar en un mercado financiero que ha hecho acopio de esa moneda.
  • Una situación de riesgo permanente de desestabilización política en oriente próximo u otro atentado masivo.

Esta desaceleración, perdón, crisis es un problema serio pero que no será largo según parece y además, tal como reflejan los datos, nos afectará menos que a los demás gracias a la buena gestión del gobierno.

La, a mi juicio en este caso, excesiva coherencia de Zapatero al llamar a las cosas por su nombre ha regalado a la oposición un maravilloso argumento con el que azuzar a las masas: “Zapatero dice que no hay crisis!, que todo va genial” “Usted, caballero, que ha regresado de la compra ¿cree que no hay crisis como dice el gobierno? … pues claro que hay crisis!!”. Esa simplificación como argumento de miedo es fácilmente vendible en la masa votante cuando hay dificultades.

A la oposición le da igual la repercusión que tenga el esparcir miedo y agravar la crisis. Ellos quieren volver a poner el culo en el sillón (como haría el PSOE en su caso, claro). La ética en política es una utopía, olvidémoslo. Si queremos políticos eficientes, pragmáticos y buenos tecnócratas, tendremos que ir a otro planeta. Nosotros probablemente haríamos lo mismo en su caso así que es un tema perdido.

Es la cuestión de siempre: el político ¿debe ser buen gestor o ser “cuco”?. Si los votantes valorasen a un político coherente, profesional y buen gestor no habría problema, se podría hablar perfectamente de desaceleración, que es el término correcto y no infundir un miedo gratuito, pero … la vida no es así, los votantes, al menos esa horquilla indecisa que muchas veces cambia gobiernos, valora mucho más detalles sin importancia como un nombre y se dejan influenciar por una oposición avispada que tienen buenos asesores en psicología como no parece tener en este caso Zapatero.

Sr. Zapatero: nos encanta su coherencia, valentía y la mayoría de ideas que aporta y lleva a cabo, pero de un toque a su equipo de asesoramiento porque en este examen han sacado un cero en psicología elemental de masas. De todas formas, “conociéndole” me da la impresión de que ese emperramiento en no soltar la palabra “crisis” es decisión suya y sus asesores piensan lo mismo que le dijo aquél empresario en la famosa filtración por el habitual micrófono traicionero.

Diga “sí, estamos en crisis”, aunque no sea cierto y desmantelará ese argumento tan valioso (y vacío) del PP. La gente puede entender perfectamente que estamos todos en el mismo barco y ven claramente que el gobierno no es responsable de la crisis porque son causas externas. Únase a la masa y diga “crisis”. Con eso se acelerará el miedo y la propia desaceleración. La cuadratura del círculo!: aceleración de la desaceleración. Todo un lío, pero siempre saldrá más barato al país (al menos en términos sociales) que un cambio de gobierno por esa tontería de nombrecito.

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